Historia universal
Dictadores de América latina
PRINCIPALES DICTADORES DE
AMERICA LATINA
País
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Dictador
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Periodo
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Chile
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Augusto Pinochet
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1973-1990
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Uruguay
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Aparicio Méndez
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1976-1981
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Paraguay
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Alfredo Stroessner
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1954-1989
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Bolivia
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Hugo Banzer
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1971-1978 ; 1997-2001
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Perú
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Juan Velasco Alvarado
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1968-1975
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Brasil
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Humberto Branco
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1964-1967
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Colombia
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Gustavo Rojas Pinilla
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1953-1957
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Venezuela
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José Antonio Páez
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1830-1835; 1839-1843; 1861-1863
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Panamá
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Manuel Antonio Noriega
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1983-1989
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Nicaragua
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Anastasio Somoza
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1937-1947; 1950-1956
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Honduras
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Tiburcio Carias Andino
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1933-1948
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Guatemala
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Carlos Castillo Armas
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1954-1957
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México
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Porfirio Díaz
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1876; 1877-1880; 1844-1911
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Cuba
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Fidel Castro
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1959-
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Haití
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Francois Duvalier
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1957-1971
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Rep. Dom.
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Rafael Leonidas Trujillo
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1930-1938; 1942-1952 (1930-1961)
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Rep. Dom.
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Ulises Heureaux
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1882-1884; 1886-1899
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España
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Francisco Franco
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1939-1975
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Países que nunca han tenido dictaduras:
Costa Rica, Jamaica, Belice, Estados Unidos, Canadá.
Augusto Pinochet
Augusto Pinochet Ugarte (1915- ), político y militar chileno, jefe del Estado (1973-1990). Nació en Santiago y estudió en la Academia Militar de Chile. Tras sucesivos y constantes ascensos de graduación, fue nombrado general de brigada durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970). Al inicio de la época presidencial de Salvador Allende, que dio comienzo en 1970, desempeñó el cargo de comandante de la guarnición de Santiago, y en 1972 se le designó comandante en jefe del Ejército. Protagonizó el golpe de Estado de septiembre de 1973, apoyado desde Estados Unidos, que culminó con el derrocamiento y la muerte de Allende. Como jefe de la Junta de Gobierno, pronto limitó la actividad política y su régimen de represión y autoritarismo fue condenado por la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 1977.
Aparicio Méndez
Aparicio Méndez (1904- ), jurista y político uruguayo, presidente de la República (1976-1981). Nació en Rivera en 1904. Militó en el Partido Nacional (Blanco), en su ala conservadora. Fue ministro de Salud Pública entre 1961 y 1964. Fue puesto en la presidencia por el Consejo de la Nación y gobernó como un simple instrumento de los militares. Durante su mandato se violaron los derechos humanos y hubo miles de encarcelados, desaparecidos y exiliados. La Junta Militar presentó un proyecto de constitución que no fue aprobado en referéndum. En septiembre de 1981 le sucedió el general Gregorio Álvarez.
Alfredo Stroessner
Alfredo Stroessner (1912- ), militar y político paraguayo, jefe del Estado (1954-1989). Nació en Encarnación y estudió en la Academia Militar de Asunción. Se distinguió en la guerra del Chaco (1932-1935) y posteriormente fue ascendiendo hasta alcanzar el grado de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, en 1951. En 1954 derrocó al presidente Federico Chávez Careaga en un golpe militar y asumió la presidencia tras unas elecciones, en las que era el único candidato. Utilizando el apoyo del Partido Colorado y del Ejército, logró hacerse con el control del país, suprimió por la fuerza a la oposición y abolió la libertad de prensa; durante su mandato, dictadores derrocados y antiguos miembros del Partido Nacionalsocialista (nazi) alemán encontraron refugio en el país. A pesar de apoyar a los grandes terratenientes y los intereses comerciales internacionales, Stroessner utilizó la ayuda extranjera para estabilizar la moneda, reducir la inflación y crear escuelas, carreteras, hospitales y centrales hidroeléctricas. Se mantuvo en la presidencia desde 1954, promulgando una nueva Constitución en 1967 y reformando ésta en 1977 para crear dispositivos legales que permitieran la prolongación de su mandato, hasta que fue derrocado en 1989 por un golpe militar dirigido por el general Andrés Rodríguez, después del cual se exilió en Brasil.
Hugo Banzer
Hugo Banzer (1921-2002), militar y político boliviano, presidente de la República (1971-1978; 1997-2001). Nació en Santa Cruz. Fue ministro de Educación durante la dictadura de René Barrientos (1966-1969) y director de la Academia Militar desde 1969 hasta 1971, año en que encabezó el golpe que derribó al general Juan José Torres. Banzer, con el apoyo del Movimiento Nacionalista Revolucionario, la Falange Socialista, Estados Unidos, Brasil y Chile, dirigió Bolivia con puño de hierro. En 1974, reprimió duramente un brote revolucionario en Cochabamba, y, un año después, declaró ilegales los partidos políticos y las organizaciones sindicales. Derribado por un golpe militar en 1978, continuó al frente de la Acción Democrática Nacionalista (ADN) y obtuvo el 18% de los votos en las elecciones de 1980. En 1985 y 1989 fracasó en su intento de volver al poder, aunque su partido participó en los gobiernos de Víctor Paz Estenssoro y Jaime Paz Zamora. El 1 de junio de 1997, Hugo Banzer venció en las elecciones presidenciales, al frente de su partido, el conservador ADN, derrotando, entre otros, al ex presidente Paz Zamora, el cual le devolvió el apoyo prestado en 1989 para que Banzer obtuviera la definitiva investidura presidencial en agosto, a la que accedió tras lograr 115 votos (de un total de 154 posibles) de los senadores y diputados bolivianos.
En junio de 1999 sustituyó a la mitad de los miembros de su gobierno, tras un grave escándalo de corrupción. Decretó el estado de sitio el 8 de abril de 2000, con el objeto de detener la oleada de protestas que tenían lugar en Cochabamba, pero no pudo contener con esa medida un violento estallido social causado por la extrema pobreza del campesinado indígena hasta que firmó seis días después con los representantes sindicales de éstos una serie de acuerdos. El día 20 de ese mes, cuatro días antes de que los miembros de su gobierno presentaran en pleno la dimisión, Banzer suspendió el estado de sitio. Nombró un nuevo gabinete el 25 de abril, pero el 19 de octubre, de nuevo, su gobierno dimitió en bloque tras la grave crisis social vivida desde septiembre. Ésta estuvo caracterizada por huelgas, cortes de carreteras y enfrentamientos con fuerzas militares (principalmente en los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) y unió a indígenas y determinados sindicatos, defensores del derecho de los campesinos a cultivar coca y contrarios a su erradicación, toda vez que los productos alternativos financiados por el gobierno eran escasamente rentables.
Aquejado de cáncer de pulmón, el 6 de agosto de 2001 renunció ante el Congreso a la presidencia (todavía le restaba un año de mandato), que traspasó (en virtud del orden constitucional) al que hasta entonces había sido su vicepresidente (y presidente en funciones desde hacía un mes, mientras él era tratado en Estados Unidos), Jorge Quiroga. Falleció el 5 de mayo de 2002 en Santa Cruz.
Juan Velasco Alvarado
Juan Velasco Alvarado (1909-1977), militar y político peruano, presidente de la República como jefe de la Junta Militar Revolucionaria (1968-1975). Nacido en Piura, fue agregado militar en Francia, inspector general del Ejército y presidente de la Junta de jefes de Estado Mayor. En 1968 dirigió el golpe de Estado que derrocó al presidente Fernando Belaúnde Terry (1963-1968) y presidió la Junta Militar Revolucionaria. Bajo su mandato, se promulgaron leyes de reforma agraria y educativa, se nacionalizaron los recursos económicos básicos del país, se logró el control directo del Estado sobre las telecomunicaciones y se intentó frenar la influencia económica de Estados Unidos. Desde 1972, su gobierno hizo frente a una oleada de huelgas y movimientos estudiantiles propiciados tanto por la derecha como por la izquierda. En 1975 fue depuesto por un golpe de Estado. Falleció en 1977 en Lima.
Humberto Branco
Humberto Castelo Branco (1900-1967), militar y político brasileño, presidente de la República (1964-1967). Nació en el estado de Ceará. Militar profesional, ejerció cargos de relieve en la carrera, participando también de la Fuerza Expedicionaria Brasileña que combatió en Italia, junto a los aliados, durante la II Guerra Mundial. En 1964, fue uno de los líderes del movimiento que derrocó al presidente João Goulart, acusado de desarrollar una política de tintes izquierdistas que pretendía instaurar en el país una república sindicalista. Elegido presidente de la República por el Congreso en abril de 1964, su gobierno se caracterizó por una política deflacionista, que llevaron a cabo los ministros Otávio Gouvéia de Bulhães y Roberto Campos, con el objetivo de equilibrar las finanzas públicas y crear las condiciones para la recuperación del crecimiento económico. Fue creado un fondo de garantía de tiempo de servicio para todos los trabajadores del país, mediante recaudación de éstos y de los empleadores, con el objetivo de consolidar el ahorro e invertir en la construcción de viviendas. En el plano político, retiró por diez años los derechos políticos de diversos líderes partidarios ligados a la situación anterior; anuló los partidos existentes; instauró el bipartidismo, con la formación de la Alianza Renovadora Nacional y el Movimiento Democrático Brasileño y promulgó una nueva Constitución que reforzó la autoridad del poder central y del presidente de la República.
Gustavo Rojas Pinilla
Gustavo Rojas Pinilla (1900-1975), militar y político colombiano, presidente de la República (1953-1957). Nació en Tunja (Boyacá). Estudió en la Escuela Militar de Cadetes de Bogotá. Al mando de las Fuerzas Armadas dirigió el golpe de Estado contra el presidente interino Roberto Urdaneta Arbeláez (que sustituía a Laureano Gómez desde 1951) y fue proclamado presidente de la República. Durante su mandato se produjeron abundantes disturbios, reprimidos con dureza, se cerraron periódicos, creció la deuda, aumentó la corrupción y se realizaron importantes obras públicas. Fue derrocado por un levantamiento popular en 1957 y se exilió. Regresó un año después y fue condenado a la pérdida de sus derechos políticos y de su rango militar, pero quedó rehabilitado en 1967. Fundó el partido ultraderechista Alianza Nacional Popular (ANAPO) en 1965 y estuvo a punto de ganar las elecciones de 1970. Sus numerosos seguidores no aceptaron el resultado electoral y hubo que proclamar el estado de sitio. Murió en 1975 en Melgar.
José Antonio Páez
José Antonio Páez (1790-1873), militar y político venezolano, primer presidente de la República (1830-1835; 1839-1843; 1861-1863), uno de los más destacados próceres de la emancipación de América Latina, considerado asimismo entre los principales representantes del caudillismo americano.
En 1830, después de la disolución de la República de la Gran Colombia, Venezuela promulgó su propia Constitución y Páez se convirtió el 24 de marzo de ese año en el primer presidente de la República, cargo que ejerció hasta el 6 de febrero de 1835, cuando fue sucedido de forma interina por Andrés Narvarte, antecesor a su vez de José María Vargas. Años más tarde resultó elegido para suceder a Carlos Soublette y desempeñar un nuevo mandato que cubrió el periodo transcurrido entre el 1 de febrero de 1839 y el 28 de enero de 1843. Durante sus dos primeras presidencias fomentó la agricultura, la artesanía, la inmigración y la educación (en 1832 secularizó la que habría de ser llamada Universidad de los Andes y en 1833 fundó la institución que sería el antecedente de la Universidad de Carabobo), en 1841 creó el Banco Nacional y un año después trasladó los restos de Bolívar desde Santa Marta hasta Caracas.
En 1848 se levantó en armas contra el presidente liberal José Tadeo Monagas, a quien había ayudado a llegar al poder, y fue derrotado. Invadió el país al año siguiente, pero de nuevo resultó vencido, para acabar siendo detenido y más tarde desterrado. Se le rindieron homenajes en varias localidades de Estados Unidos, en México, e incluso en ciudades europeas como París y Munich.
En 1861 regresó a Venezuela y, tras ser nombrado jefe del Ejército en abril de ese año, cuatro meses más tarde derrocó al presidente Pedro Gual y el 10 de septiembre de ese año estableció un régimen dictatorial. Victoriosos los federalistas, Páez firmó el Tratado de Coche en 1863 y, tras ser sustituido en junio al frente del Estado venezolano por Juan Crisóstomo Falcón, marchó nuevamente a la ciudad estadounidense de Nueva York, donde ya había vivido durante su anterior estancia en el extranjero. Desarrolló una gran actividad y viajó por varios países sudamericanos. Murió en Nueva York el 6 de mayo de 1873. Sus restos reposan en el Panteón Nacional de Caracas.
Manuel Antonio Noriega
Manuel Antonio Noriega (1934- ), militar, político y dictador panameño, al que un jurado de Estados Unidos declaró culpable de tráfico de drogas, crimen organizado y blanqueo de dinero. Nació en Ciudad de Panamá. Tras estudiar con una beca en la Academia Militar de Chorrillos (Lima, Perú), Noriega regresó a Panamá y fue nombrado alférez de la Guardia Nacional. Gracias a su amistad con Omar Torrijos, ascendió rápidamente y fue nombrado jefe de los Servicios Secretos cuando Torrijos tomó el poder en 1969. En dicho cargo, Noriega se convirtió en el hombre más temido del país. Tras la muerte de Torrijos, en un accidente aéreo ocurrido en 1981, se convirtió en jefe del Estado Mayor del general Dario Paredes, jefe de la Guardia Nacional. Tras sucederle en 1983, Noriega se ascendió a sí mismo al grado de general y se hizo con el control efectivo del gobierno panameño.
En 1986, Noriega fue acusado de narcotráfico, blanqueo de dinero y de ser un agente doble de la CIA estadounidense y de los servicios secretos cubanos. También se sospechaba su posible implicación en el asesinato de uno de sus adversarios, Hugo Spadáfora. Cuando respondió a las acusaciones vulnerando las libertades y derechos civiles, en 1987, el Senado de Estados Unidos instó al gobierno de Panamá para que le expulsara de su cargo e investigara sus actividades. En 1988, fue procesado por un gran jurado federal de Florida acusado de infringir las leyes sobre crimen organizado, estupefacientes y blanqueo de dinero. En diciembre de 1989, fuerzas estadounidenses invadieron Panamá y le detuvieron, siendo trasladado a Florida para ser juzgado. El juicio comenzó en 1991 y la defensa de Noriega se basó en su antigua relación con la CIA.
En abril de 1992, fue declarado culpable de ocho cargos de tráfico de cocaína, crimen organizado y blanqueo de dinero; era la primera vez en la historia que Estados Unidos juzgaba a un jefe de Estado extranjero por cargos penales. Fue condenado a dos penas concurrentes de 20 años, cinco penas concurrentes de 15, y una de 5 —un total de 40 años de prisión.
Anastasio Somoza
Anastasio Somoza (1896-1956), militar y político nicaragüense, presidente de la República (1937-1947; 1950-1956), que formó una dinastía de dictadores, los cuales, con el apoyo de Estados Unidos, gobernaron el país durante 43 años, a veces a través de presidentes propicios designados por ellos. Nació en San Marcos y estudió en Estados Unidos. Tras entrar en el mundo de la política, se convirtió en un importante miembro del Partido Liberal, pero su verdadera base de poder fue la Guardia Nacional, adiestrada por asesores militares estadounidenses y creada en la década de 1920, que dirigió a partir de 1933 y desde donde provocó el asesinato del líder guerrillero Augusto César Sandino. Tomó el poder en 1937, y durante los siguientes 20 años gobernó el país de forma dictatorial, aunque creó presidencias ficticias de tres años de duración. Al mismo tiempo que contaba con la Guardia Nacional para mantenerse en el poder, distribuyó puestos gubernativos entre la oposición conservadora. Somoza amasó una enorme fortuna personal, pero no fue insensible al progreso social y económico, e incrementó en gran medida las exportaciones de Nicaragua. Tras ser asesinado en 1956, le sucedió su hijo mayor, Luis Somoza Debayle. Su otro hijo, Anastasio Somoza Debayle, también ocupó la presidencia de la República ejerciendo una cruel dictadura.
Tiburcio Carias Andino
Tiburcio Carías Andino (1876-1969), político y militar hondureño, presidente de la República (1933-1948). Nacido en Tegucigalpa, se doctoró en derecho por la Universidad Central de Honduras. Participó en las revoluciones de 1893 y 1894, así como en la guerra de 1907 contra Nicaragua. Militó en el Partido Liberal hasta que en 1903 fundó el Partido Nacional, de tendencia conservadora. Fue elegido presidente en 1933 y se mantuvo en el poder hasta 1948. Durante su presidencia Honduras vivió un período de estabilidad política, en parte propiciado por las compañías bananeras. En 1963 abandonó el Partido Nacional para fundar el Partido Progresista, que fue declarado ilegal. Murió en 1969 en Tegucigalpa.
Carlos Castillo Armas
Carlos Castillo Armas (1914-1957), político guatemalteco, presidente de la República (1954-1957). Nacido en Santa Lucia Cotzumalguapa (departamento de Escuintla) ingresó en la Academia Militar de la que posteriormente fue director. En las elecciones presidenciales de 1950 se presentó como oponente de Jacobo Arbenz Guzmán. En 1954, tras una insurrección armada, derrocó a Arbenz (1951-1954) y se hizo con el poder. Durante su mandato desencadenó una fuerte campaña anticomunista, prohibió los partidos políticos, comités agrarios y sindicatos y anuló todas las reformas de la década revolucionaria (1944-1954), incluida la Constitución de 1945. Condujo al país a una etapa de violencia política. En 1957 fue asesinado en los pasillos del palacio presidencial por un soldado de su guardia.
Porfirio Díaz
Porfirio Díaz (1830-1915), militar y político mexicano, presidente de la República (1876; 1877-1880; 1884-1911), su dilatado ejercicio del poder ha dado nombre a un periodo de la historia de México conocido como porfiriato.
En 1876 protagonizó una prolongada serie de acciones militares que, iniciadas con la proclamación del Plan de Tuxtepec, acabaron con el derrocamiento del presidente Sebastián Lerdo de Tejada, y él mismo asumió la presidencia de la República el 23 de noviembre de ese año. Un mes más tarde abandonó momentáneamente el cargo, nombrando a Juan Méndez de forma interina, para combatir a José María Iglesias, quien, a su vez, se había erigido en presidente de la República en la ciudad de Salamanca. En febrero de 1877 recuperó el cargo de jefe de Estado de manos de Méndez y fue elegido por vez primera presidente poco después.
Según la Constitución mexicana, Díaz no podía permanecer en la presidencia durante dos mandatos consecutivos, por lo que tuvo que renunciar en 1880 aunque continuó brevemente en el gobierno de su sucesor, Manuel González, como secretario (ministro) de Fomento (diciembre de 1880-mayo de 1881); y entre 1881 y 1883 desempeñó el cargo de gobernador del estado de Oaxaca. Fue reelegido presidente de la República en 1884 y consiguió la aprobación de una enmienda a la Constitución que permitía la sucesión de mandatos presidenciales, permaneciendo en el poder hasta 1911, luego de ser elegido de nuevo en 1888, 1892, 1896, 1900, 1904 y 1910.
Su régimen estuvo marcado por logros importantes, pero también por un gobierno severo. Durante el mandato de Díaz, la economía de México se estabilizó y el país experimentó un desarrollo económico sin precedentes: se invirtió capital extranjero (sobre todo estadounidense) en la explotación de los recursos mineros del país; la industria minera, la textil y otras experimentaron una gran expansión; se construyeron vías férreas y líneas telegráficas; y el comercio exterior aumentó aproximadamente en un 300%. Muchos de los méritos del buen estado de la administración financiera pública cabría atribuírselos a quien desde 1893 fuera secretario de Hacienda, José Ives Limantour.
Entre las personalidades que ocuparon destacados cargos en sus gabinetes cabe mencionar asimismo a Ramón Corral, que desde 1903 desempeñó el cargo de secretario de Gobernación, y a partir de 1904 se convirtió en vicepresidente de la República, funciones ambas que ejerció hasta 1911; a Justo Sierra, secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes entre 1905 y 1911, fundador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); al suegro de Díaz, Manuel Romero Rubio, secretario de Fomento desde 1884 hasta 1895; a Matías Romero, secretario de Hacienda en dos ocasiones (1877-1879 y 1892-1893); o al general Bernardo Reyes, secretario de Guerra y Marina entre 1900 y 1902.
Por otra parte, durante el porfiriato, los inversores extranjeros agotaron gran parte de la riqueza del país, casi todos los antiguos terrenos comunales (ejidos) de los indígenas pasaron a manos de un pequeño grupo de terratenientes y se extendió la pobreza y el analfabetismo. Las manifestaciones del descontento social fueron reprimidas por Díaz con mano de hierro, como muestra su actuación en las huelgas que tuvieron lugar en 1906 y 1907 en la localidad minera sonorense de Cananea y en la zona industrial veracruzana de Río Blanco.
En 1876 protagonizó una prolongada serie de acciones militares que, iniciadas con la proclamación del Plan de Tuxtepec, acabaron con el derrocamiento del presidente Sebastián Lerdo de Tejada, y él mismo asumió la presidencia de la República el 23 de noviembre de ese año. Un mes más tarde abandonó momentáneamente el cargo, nombrando a Juan Méndez de forma interina, para combatir a José María Iglesias, quien, a su vez, se había erigido en presidente de la República en la ciudad de Salamanca. En febrero de 1877 recuperó el cargo de jefe de Estado de manos de Méndez y fue elegido por vez primera presidente poco después.
Según la Constitución mexicana, Díaz no podía permanecer en la presidencia durante dos mandatos consecutivos, por lo que tuvo que renunciar en 1880 aunque continuó brevemente en el gobierno de su sucesor, Manuel González, como secretario (ministro) de Fomento (diciembre de 1880-mayo de 1881); y entre 1881 y 1883 desempeñó el cargo de gobernador del estado de Oaxaca. Fue reelegido presidente de la República en 1884 y consiguió la aprobación de una enmienda a la Constitución que permitía la sucesión de mandatos presidenciales, permaneciendo en el poder hasta 1911, luego de ser elegido de nuevo en 1888, 1892, 1896, 1900, 1904 y 1910.
Su régimen estuvo marcado por logros importantes, pero también por un gobierno severo. Durante el mandato de Díaz, la economía de México se estabilizó y el país experimentó un desarrollo económico sin precedentes: se invirtió capital extranjero (sobre todo estadounidense) en la explotación de los recursos mineros del país; la industria minera, la textil y otras experimentaron una gran expansión; se construyeron vías férreas y líneas telegráficas; y el comercio exterior aumentó aproximadamente en un 300%. Muchos de los méritos del buen estado de la administración financiera pública cabría atribuírselos a quien desde 1893 fuera secretario de Hacienda, José Ives Limantour.
Entre las personalidades que ocuparon destacados cargos en sus gabinetes cabe mencionar asimismo a Ramón Corral, que desde 1903 desempeñó el cargo de secretario de Gobernación, y a partir de 1904 se convirtió en vicepresidente de la República, funciones ambas que ejerció hasta 1911; a Justo Sierra, secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes entre 1905 y 1911, fundador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); al suegro de Díaz, Manuel Romero Rubio, secretario de Fomento desde 1884 hasta 1895; a Matías Romero, secretario de Hacienda en dos ocasiones (1877-1879 y 1892-1893); o al general Bernardo Reyes, secretario de Guerra y Marina entre 1900 y 1902.
Por otra parte, durante el porfiriato, los inversores extranjeros agotaron gran parte de la riqueza del país, casi todos los antiguos terrenos comunales (ejidos) de los indígenas pasaron a manos de un pequeño grupo de terratenientes y se extendió la pobreza y el analfabetismo. Las manifestaciones del descontento social fueron reprimidas por Díaz con mano de hierro, como muestra su actuación en las huelgas que tuvieron lugar en 1906 y 1907 en la localidad minera sonorense de Cananea y en la zona industrial veracruzana de Río Blanco.
Fidel Castro
Fidel Castro (1927- ), político cubano, principal dirigente de la República desde 1959, artífice de la Revolución Cubana y uno de los más destacados líderes de Latinoamérica durante la segunda mitad del siglo XX.
Fracasado su intento de establecer relaciones diplomáticas o comerciales con Estados Unidos, negoció acuerdos sobre armamento, créditos y alimentos con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y llevó a cabo la depuración de sus rivales políticos. Nacionalizó los recursos cubanos, afrontó una profunda reforma agraria basada en la colectivización de propiedades y estableció un Estado socialista de partido único (el Partido Unido de la Revolución Socialista, que en 1965 pasaría a denominarse Partido Comunista Cubano y cuya secretaría general asumiría el propio Castro), que llevó a un gran número de cubanos ricos al exilio. Estados Unidos vio con disgusto cómo el nuevo régimen embargaba las empresas de titularidad estadounidense, y en 1960 anuló los acuerdos comerciales que mantenía, a lo que Castro respondió en septiembre de ese año con la Primera declaración de La Habana, reafirmando la soberanía cubana frente al imperialismo estadounidense. Un grupo de exiliados cubanos recibió el respaldo del gobierno de Estados Unidos, en un infructuoso intento por derrocarlo que tuvo lugar en abril de 1961 y pasó a ser conocido como el desembarco de bahía de Cochinos.
Desde ese momento, Castro se alineó abiertamente con la URSS, dependiendo cada vez más de su ayuda económica y militar. En 1962, estuvo a punto de producirse una guerra nuclear, cuando la URSS situó en Cuba cabezas nucleares de alcance medio, ante la oposición estadounidense. La llamada crisis de los misiles de Cuba concluyó tras la celebración de negociaciones entre el presidente estadounidense, John Fitzgerald Kennedy, y el máximo dirigente soviético, Nikita Jruschov.
Durante las siguientes décadas, Castro alcanzó gran reconocimiento entre los países miembros del Tercer Mundo, gracias a su liderazgo de la Organización de Países No-Alineados (que presidió desde 1979 hasta 1981). A finales de la década de 1980, cuando la URSS inició sus procesos de glasnost (en ruso, `apertura') y perestroika (en ruso, `reestructuración'), bajo el gobierno de Mijaíl Gorbachov, Castro mantuvo la aplicación del régimen marxista-leninista que había instaurado a principios de la década de 1960. Sin embargo, con el inicio del proceso de desintegración de la URSS y del COMECON (Consejo de Ayuda Mutua Económica) en 1990, los problemas económicos de Cuba empeoraron. En 1993, en un intento por alcanzar una economía mixta, Castro aprobó reformas económicas limitadas que legalizaron algunas empresas privadas.
En 1996, el Congreso de Estados Unidos aprobó la denominada Ley Helms-Burton, que articulaba legalmente el boicoteo económico a Cuba, al pretender penalizar a las empresas que mantuvieran relaciones comerciales con otras radicadas en la isla. Por su parte, la Unión Europea (UE), en clara oposición, presentó una serie de medidas aprobadas por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros para neutralizar los efectos de la Ley Helms-Burton.
Durante su intervención en el V Congreso del Partido Comunista Cubano (octubre de 1997), Castro reafirmó la idea de que Cuba no se dirigiría hacia el capitalismo, lamentando las aperturas que su gobierno hubo de consentir debido a la caída de los principales regímenes comunistas. En febrero de 1998, poco después de una visita histórica del papa Juan Pablo II a la isla, resultó reelegido nuevamente por la Asamblea Nacional del Poder Popular como presidente de la República, por otro mandato de cinco años. El socialismo y las conquistas de la revolución, cada vez más acosadas por las amenazas y el bloqueo estadounidenses, permanecieron como referencias ineludibles del propio Castro en su discurso de clausura de la constitución de la cámara que le había elegido, en el cual volvió a reiterar que no habría transición al capitalismo en Cuba. De otro lado, el gobierno del presidente estadounidense Bill Clinton decidió, a finales de marzo, suavizar su embargo sobre la isla. En octubre de 2000 selló con Venezuela un acuerdo integral de cooperación que incluía la compra de petróleo venezolano en condiciones de preferencia; este hecho se produjo en el marco de las buenas relaciones establecidas entre el régimen castrista y el del presidente venezolano Hugo Chávez.
Francois Duvalier
Papa Doc (François Duvalier) (1907-1971), médico (de ahí su sobrenombre, Papa Doc) y dictador de Haití (1957-1971), nació en Puerto Príncipe y se graduó por la facultad de medicina de la Universidad de Haití. Desde 1934 hasta 1946 Duvalier desarrolló su actividad médica, especializándose en el tratamiento de enfermedades tropicales y se integró en una campaña contra el paludismo que realizaba en Haití una misión sanitaria estadounidense. Desde 1946 hasta 1950 fue director general del Servicio Nacional de Salud Pública y secretario de Trabajo. A partir de 1950 Duvalier renunció a sus cargos y dirigió la resistencia contra el presidente Paul Eugène Magloire, y el 25 de septiembre de 1957 fue elegido presidente por sufragio universal, tras haber tenido que exiliarse el año anterior. Sin embargo, al año de ser nombrado suspendió todas las garantías constitucionales y en 1964 se autoproclamó presidente vitalicio. Su régimen dictatorial instigó purgas militares y gubernamentales, ejecuciones masivas y la institución de toques de queda, todo ello aplicado por los terribles tontons macoutes, cuerpo policial y organización de espionaje. Mientras tanto, la economía de Haití se redujo de modo severo.
En enero de 1971, la Asamblea enmendó la Constitución permitiendo que Duvalier nombrara a su hijo, Jean-Claude Duvalier, como su sucesor. El joven Duvalier asumió la presidencia de Haití a la muerte de su padre. Después de tres meses de levantamiento popular contra la represión política y económica del gobierno, a comienzos de 1986 fue depuesto y obligado a exiliarse en Francia.
Rafael Leonidas Trujillo Molina
Rafael Leónidas Trujillo (1891-1961), militar y político dominicano, presidente de la República (1930-1938; 1942-1952) y verdadero jefe del Estado desde 1930 hasta 1961, aunque a veces la presidencia fuera ocupada por sus colaboradores. Nació en San Cristóbal. Fue teniente de la Guardia Nacional (1918-1921), cuando la República Dominicana se hallaba bajo la ocupación militar de Estados Unidos, y en 1925 ascendió a comandante en jefe de dicho cuerpo. En 1930 tomó el poder, tras el golpe militar que depuso al presidente Horacio Vázquez.
Al año siguiente, Trujillo organizó el Partido Dominicano, que controló la vida política dominicana durante las tres décadas siguientes. En ese tiempo, Trujillo fue dictador absoluto, con el título de generalísimo del Ejército; fue presidente desde 1930 hasta 1938 y desde 1942 hasta 1952, y Ministro de Asuntos Exteriores desde 1953 hasta 1961, y durante otros periodos, el poder fue ocupado por familiares o políticos afines a su persona: Jacinto Bienvenido Peynado (1938-1940), Manuel Jesús Troncoso de la Concha (1940-1942) y su propio hermano Héctor Bienvenido Trujillo (1952-1960). Aunque el régimen de Trujillo aportó estabilidad económica al país, utilizó medidas autoritarias para alcanzar el progreso material, y abolió la oposición política por la fuerza.
Trujillo fomentó las relaciones diplomáticas y económicas con Estados Unidos, pero, con frecuencia, se alejó con su política de los demás países latinoamericanos. En 1937, temiendo posibles infiltraciones desde Haití, envió tropas dominicanas a la frontera, donde fueron asesinados entre 10.000 y 15.000 haitianos. En 1960, su régimen fue censurado por la Organización de Estados Americanos (OEA), y le fueron impuestas sanciones económicas. Tras perder el apoyo del ejército, Trujillo fue asesinado el 30 de mayo de 1961 por un grupo de militares.
Ulises Heureaux
Ulises Heureaux (1845-1899), militar y político dominicano, presidente de la República (1882-1884; 1886-1889). Nació en Cap-Haïtien (en la actualidad, Haití). Educado entre campesinos haitianos, intervino en la guerra de independencia contra España (1865). Fue ministro de la Guerra y más tarde del Interior. En 1882 fue elegido presidente de la República y, durante este primer mandato hasta 1884, gobernó conforme a la Constitución. En su segundo mandato, desde las elecciones de 1886 hasta 1899, se enfrentó a la rebelión de su oponente Casimiro Nemesio de Moya e instaló un régimen de gobierno fuertemente dictatorial. Suprimió el sufragio universal, la administración se corrompió y arruinó económicamente al país. En 1889 murió asesinado en la ciudad de Moca, en una conspiración organizada por sus enemigos.
Francisco Franco
Francisco Franco Bahamonde (1892-1975), militar y político español, jefe del Estado (1936-1975), responsable del régimen autoritario (franquismo) que se inició durante la Guerra Civil (1936-1939) y concluyó con la muerte del titular.
El periodo durante el cual ejerció el poder el general Franco, así como el régimen político creado por éste ha recibido el nombre de franquismo. Comprende un dilatado proceso que entremezcla continuismo y cambios durante casi cuatro décadas. Desde el Alzamiento (denominación que los sublevados dieron al inicio de su rebelión con la que comenzó la Guerra Civil), nadie dudó de que, en caso de vencer, el régimen previsto sería una ruptura respecto del pasado republicano. Así lo fueron las primeras instituciones gubernamentales creadas para la España “nacional” (nombre con el que los sublevados reconocían el territorio sobre el que ejercían su control) en plena Guerra Civil: Junta de Defensa Nacional (julio-octubre de 1936), Junta Técnica de Estado (octubre de 1936-enero de 1938) y primer gobierno presidido por Franco, que serían el germen de la dictadura.
Los apoyos recibidos desde el principio permitían presumir el futuro político del “Nuevo Estado” que, por su larga duración, pasó sucesivamente por las fases de dictadura personal, totalitarismo autoritario de “pluralismo limitado” y tecnocrático o, como gustó repetir su creador, de democracia orgánica. En cualquier caso, se trató de un régimen sin ningún carácter democrático, no sólo por su origen (sedición generadora de una guerra civil) sino por su posterior desarrollo, caracterizado por el mando personal del caudillo, la inexistencia de partidos políticos, de división de poderes y de libertades, así como por el fuerte control ejercido desde el poder, cuya naturaleza coincidía con la ideología franquista: antiliberalismo, anticomunismo, antirrepublicanismo, nacionalismo, concepción jerárquica y autoritaria y nacionalcatolicismo. En su última fase, sin abandonar el trauma de la Guerra Civil y la despolitización como recursos, se incorporaron otros factores: la ideología desarrollista, un nuevo sistema educativo y el europeísmo, junto con el evidente cambio de la estructura social que tuvo efecto desde la década de 1960.
Con todo, y hasta el final, el franquismo defendió a ultranza la trama ideológica de los llamados principios del Movimiento: unidad e integridad de la patria, confesionalidad del Estado, la monarquía tradicional como forma de gobierno (aunque no apareció la figura del monarca) y el corporativismo, que definía la representatividad a través del municipio, el sindicato vertical (nacionalsindicalismo) y la familia. Este fue, en efecto, el proceso institucionalizador del Nuevo Estado, no consumado hasta enero de 1967 con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado que culminaba las denominadas siete Leyes Fundamentales, el peculiar acercamiento al constitucionalismo del régimen franquista: Fuero del Trabajo (marzo de 1938), Ley Constitutiva de las Cortes Españolas (julio de 1942), Fuero de los Españoles (julio de 1945), Ley del Referéndum Nacional (octubre de 1945), Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (julio de 1947), Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional (mayo de 1958) y la ya citada Ley Orgánica del Estado.
Quedaba como resquicio de cara al futuro la proclamación en 1969 del príncipe de España como sucesor a título de rey, en una monarquía instaurada, que no restaurada. El fallecimiento de Franco propició de alguna manera en 1975, y sin que el dictador se lo hubiera propuesto, la monarquía democrática bajo el reinado del nieto de Alfonso XIII, Juan Carlos I, poniendo de manifiesto la inviabilidad del “franquismo sin Franco”. El proceso posterior al deceso del general se conoce como transición a la democracia.
Todo este proceso de lento y tímido aperturismo demandado por el desarrollo económico de la década de 1960 y que según cabía esperar debía conllevar un desarrollo político, tropezó con las tensiones entre los llamados inmovilistas (falangistas ortodoxos) y los conocidos como aperturistas en cuestiones tales como la sucesión en la jefatura del Estado, la apertura hacia los países de la órbita soviética, el asociacionismo o la atención de las demandas expresadas por la conflictividad laboral, en definitiva: el posible camino hacia la democracia.
Si, como se ha dicho, un amplio sector del pueblo aceptó el franquismo, al menos en los dos primeros decenios, y siempre como un mal menor tras una cruenta guerra civil, tampoco faltó la presencia de una oposición política. En los primeros años ésta estuvo a cargo de las guerrillas que actuaron en determinadas zonas del territorio español, así como de la oposición democrática llevada a cabo desde el exilio (republicanos, monárquicos seguidores de Juan de Borbón y Battenberg, socialistas y comunistas) cuyo punto álgido fue el Congreso de 1962, que la prensa oficial descalificó como “contubernio de Munich”.
A todo ello deben unirse las huelgas y conflictos laborales (el recién nacido sindicato Comisiones Obreras consiguió infiltrarse en las instituciones autorizadas, en tanto que la socialista Unión General de Trabajadores (UGT) mantuvo la lucha clandestina) y estudiantiles (contrarios al oficial Sindicato Español Universitario, SEU) y, en el último tramo, las actuaciones de grupos ligados a la Iglesia católica que marcaron distancias con el régimen después del Concilio Vaticano II (1962-1965), sin olvidar la acción de grupos terroristas como la organización independentista vasca ETA. Sin embargo, este abanico opositor fue a la postre débil y no logró sus propósitos de vencer al régimen, que actuó con dureza a la hora de reprimirlo.
Otro tanto ocurrió con las relaciones exteriores. El franquismo consiguió superar el aislamiento internacional al que estuvo sometido el régimen durante la década de 1940 por haber mantenido, bajo la capa de neutralidad en la II Guerra Mundial, la amistad con las potencias del Eje. España, en un primer momento, quedó fuera de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), creada en 1945. Pero la Guerra fría modificó el panorama y obligó a aceptar la situación española. Los pilares de este reconocimiento internacional se plantaron en 1953 con la firma del Concordato con la Santa Sede y la de los pactos económicos y militares con Estados Unidos (Convenio de Amistad y Cooperación). Ambos hicieron saltar el cerco impuesto hasta entonces a Franco. En 1955 España ingresó en la ONU, si bien antes lo había hecho en otras organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El presidente estadounidense, Dwight David Eisenhower, visitó Madrid en diciembre de 1959. Desde finales de 1969, coincidiendo con la llegada al Ministerio de Asuntos Exteriores del tecnócrata Gregorio López Bravo, la diplomacia española inició una apertura hacia los países del entorno soviético, en un principio con carácter comercial y más tarde en forma de relaciones diplomáticas plenas.
En lo que respecta a las relaciones con Latinoamérica, la política exterior franquista cabalgó sobre las conveniencias de cada momento. Los gobiernos latinoamericanos se dividieron al iniciarse la Guerra Civil en torno a la actitud que deberían adoptar frente al conflicto y aunque México (presidida durante la guerra por Lázaro Cárdenas) mantuvo siempre una política de firme defensa de las instituciones republicanas, que se prolongó hasta la muerte de Franco y la celebración de las primeras elecciones democráticas en 1977, los demás países fueron reconociendo al dictador y su régimen, sin excepción. Franco, por otra parte, encontró apoyo y simpatía en los gobernantes autoritarios latinoamericanos de todas las épocas: las actitudes personales y gubernamentales del argentino Juan Domingo Perón, el dominicano Rafael Leónidas Trujillo o el chileno Augusto Pinochet fueron una buena muestra de ello.
De otro lado, a las buenas relaciones con los países musulmanes expresadas en las visitas de los jefes de Estado de Arabia Saudí, Jordania, Irak, Irán y Egipto, cabe añadir el reconocimiento español a la independencia del territorio de Marruecos bajo su protectorado (1956), el reconocimiento de los derechos de dicho país sobre Ifni (1969) o la independencia de Guinea Ecuatorial (1968). En el ocaso del franquismo (octubre de 1975), el rey marroquí Hasan II organizó la Marcha Verde sobre el territorio del Sahara Español, lo que supuso abandonar éste en manos de Marruecos y Mauritania.
Sin quebrar el monolitismo del sistema, los principales grupos colaboradores en los gobiernos franquistas fueron militares, falangistas, monárquicos, católicos y tecnócratas. Salvo en los dos últimos gabinetes (presididos por Luis Carrero Blanco desde junio hasta diciembre de 1973, y por Carlos Arias Navarro, que sustituyó a éste tras su asesinato a manos de ETA), todos tuvieron como presidente a Franco, responsable único de los equipos ministeriales, sujetos en la duración y composición a su exclusiva voluntad. Según la coyuntura (cierre autocrático o liberalización política) se mantuvieron o fueron sustituidos, siempre al compás de la astucia del general que tuvo especial empeño en mezclar las distintas “familias” del régimen dando la impresión de un falso pluralismo, por cuanto no se reconocía la existencia de partidos políticos.
Algunos de los principales ministros de los gobiernos presididos por Franco fueron, además de los ya mencionados Carrero Blanco, Arias Navarro y López Bravo: Ramón Serrano Súñer, Francisco Gómez Jordana, Juan Antonio Suances, José Enrique Varela, Alberto Martín Artajo, Agustín Muñoz Grandes, Fidel Dávila, José Antonio Girón, Raimundo Fernández Cuesta, Joaquín Ruiz Giménez, José Solís Ruiz, Manuel Fraga Iribarne, Alberto Ullastres, Camilo Alonso Vega y Torcuato Fernández-Miranda.
Por último, y en otro orden de cosas, la economía y la política económica sufrieron una interesante evolución a lo largo de los 40 años de gobierno franquista. El primer periodo, transcurrido desde 1939 hasta 1951, fue una etapa de autarquía que acusó los efectos de las guerras civil y mundial. Durante ese primer periodo España experimentó una auténtica depresión que contrastaba con la recuperación europea, lograda por la ayuda prestada por el Plan Marshall y de la cual no disfrutó el país gobernado por Franco.
La década de 1950 actuó como bisagra en la que se produjo un crecimiento debido a la liberalización, la mejora de las relaciones exteriores y los ingresos procedentes del turismo y los numerosos emigrantes. La década de 1960 fue una década de expansión que había dado comienzo con el Plan de Estabilización de 1959 y continuó hasta 1973, respondiendo en cierto modo al esquema propuesto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE): energía barata, precios favorables en alimentos y materias primas, reservas de mano de obra barata procedente del sector primario, aumento de la población activa y expansión del mercado internacional.
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